COMO ACABAR CON EL HABITO DE LA PREOCUPACIÓN
ANTES DE QUE EL ACABE CON NOSOTROS
Regla 1: Expulse la preocupación de su espíritu manteniéndose
ocupado. La actividad es uno de los mejores remedios
que se hayan ideado jamás para combatir los "diablillos"
del espíritu.
Regla 2: No se agite por pequeñeces. No permita que las insignificancias
—meros comejenes de la vida— destruyan su felicidad.
Regla 3: Utilice la ley de los promedios para eliminar las preocupaciones.
Pregúntese: "¿Cuáles son las probabilidades
de que esta cosa pueda ocurrir?"
Regla 4: Coopere con lo inevitable. Si sabe usted que hay alguna
circunstancia cuyo cambio o revisión está fuera de
su alcance, dígase: "Es así; no puede ser de otro
modo".
Regla 5: Dé una orden de "tope de pérdida" para sus preocupaciones.
Decida qué medida exacta de atención merece
una cosa y niéguese a dedicar al asunto una atención
mayor.
Regla 6: Deje que el pasado entierre a sus muertos. No trate de
aserrar el aserrín.
ANTES DE QUE EL ACABE CON NOSOTROS
Regla 1: Expulse la preocupación de su espíritu manteniéndose
ocupado. La actividad es uno de los mejores remedios
que se hayan ideado jamás para combatir los "diablillos"
del espíritu.
Regla 2: No se agite por pequeñeces. No permita que las insignificancias
—meros comejenes de la vida— destruyan su felicidad.
Regla 3: Utilice la ley de los promedios para eliminar las preocupaciones.
Pregúntese: "¿Cuáles son las probabilidades
de que esta cosa pueda ocurrir?"
Regla 4: Coopere con lo inevitable. Si sabe usted que hay alguna
circunstancia cuyo cambio o revisión está fuera de
su alcance, dígase: "Es así; no puede ser de otro
modo".
Regla 5: Dé una orden de "tope de pérdida" para sus preocupaciones.
Decida qué medida exacta de atención merece
una cosa y niéguese a dedicar al asunto una atención
mayor.
Regla 6: Deje que el pasado entierre a sus muertos. No trate de
aserrar el aserrín.
DALE CARNEGIE
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